Sonidos para un inaplazable cambio

Proyecto.
Instituto Cervantes de Varsovia.
Encargado por Instituto Cervantes para el programa Espacios ocupados.
2020

El paisaje sonoro antes de la Revolución Industrial era de mejor calidad, se podían reconocer con facilidad tanto los sonidos de la naturaleza como los creados por las actividades humanas. La Revolución Industrial y el desarrollo tecnológico han incorporado nuevos sonidos originados por las grandes fábricas, las obras públicas, el crecimiento demográfico y, sobre todo, el incremento en el tráfico aéreo y rodado. Todos estos sonidos han aumentado progresivamente el nivel de presión acústica y han producido paisajes sonoros desequilibrados. 

En la actualidad los paisajes sonoros son muy complejos, motivo por el que nos están dejando de interesar. Este desinterés hace que nuestra audición se efectúe de forma automática y exenta de atención, reservando el acto de escucha para acontecimientos concretos. 

Recientemente, el confinamiento por la pandemia del coronavirus provocó un cambio en el paisaje sonoro como nunca antes habíamos experimentado pudiéndose percibir con nitidez sonidos anteriormente enmascarados por el tráfico y la actividad humana. Esta excepcional situación hizo despertar en muchas personas el interés por la escucha de su entorno, hecho que generó multitud de comentarios sobre lo que se escuchaba y sobre lo agradable que resultaba el nuevo paisaje sonoro. Ese paisaje sonoro era más rico, estaba lleno de matices y tenía más profundidad. 
Durante el confinamiento se había reducido considerablemente la antropofonía (sonidos generados por el ser humano) y había aumentado la biofonía (sonidos producidos por los organismos vivos) y la geofonía (sonidos naturales producidos por el viento, el agua, el clima…), síntoma evidente de que el paisaje sonoro era de mejor calidad y por tanto nuestra relación con él más confortable. 

Pero, poco a poco, con las medidas de desconfinamiento, aquellos sonidos que habían desaparecido fueron regresando y el paisaje sonoro volvió a ser complejo. 

Sonidos para un inaplazable cambio es un proyecto que quiere aprovechar la belleza y riqueza de los paisajes sonoros de la naturaleza para activar la escucha atenta, ya que escuchar con atención el paisaje nos ayuda a redescubrir la manera de conocer y experimentar nuestro entorno y nos ofrece claves para comprender la huella que dejamos en el mundo. Este proyecto también pretende generar un espacio de reflexión desde el campo del arte que apunte aspectos de conciencia ecológica al oyente, y además quiere poner en valor el paisaje sonoro de los espacios naturales protegidos y la importancia de su preservación. 

Sonidos para un inaplazable cambio propone un viaje sonoro por el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, situado en Asturias (España) y declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. 

Se trata de un viaje a través de una serie de grabaciones del paisaje sonoro capturadas en distintos lugares del Parque Natural en el año 2019. Cada grabación está realizada en una sola toma, no hay montaje ni mezcla, lo que se escucha es lo que sonaba en aquel momento.


Más información: Instituto Cervantes de Varsovia, Espacios ocupados